Testimonios

Testimonio de Gonzalo Rojas. Fundador de Colombia con Memoria. Hijo de Gonzalo Hernán Rojas, afectado por el atentado al avión de Avianca.

Testimonio de Paula Jiménez. Hija de Danilo Jiménez y Gabriela Jiménez, afectados por el atentado a la Plaza de Toros La Macarena

Cuando en La Macarena explotó una bomba, dijimos: –Ah, ¿pa’ qué estaban allá?
Pero cuando mueren los amigos, o cuando muere alguien muy cercano a uno, entonces ya uno hace parte de la violencia de esta ciudad, uno empieza a entender que ya uno vive en medio de un conflicto supremamente grave.

> Jorge Fernando Acevedo
Médico legista entrevistado

El miedo de uno… yo me despedía de mi mamá y no sabía si en la tarde iba a volverla a ver, porque eso fue lo que yo viví con mi papá: yo me despedí de él un día y al otro día ya no lo volví a ver. Ese día cuando explotó la bomba del Bulevar (…) mi mamá dijo como: –Ya vuelvo, voy al Bulevar Niza. Y cuando vi en las noticias que había explotado la bomba, yo no tenía donde comunicarme con ella y la angustia fue bárbara, porque, y de verdad, sentí que también le había pasado lo de mi papá, entonces era mucho miedo. Yo creo que la gente le tenía mucho miedo a eso.

> Gonzalo Rojas
Fundador de Colombia con Memoria Hijo de Gonzalo Hernán Rojas, afectado por el atentado al avión de Avianca

Precisamente lo de la bomba de La Macarena fue en el 91 (…) Uno se acuerda de todo (…) mi mamá me llevó a la Universidad de Medellín, que allá empezaba los preicfes, y ellos iban para la corrida de toros y quedamos de vernos en la noche (…) Entonces prendimos el televisor y eso ahí mismo empezó a ser la noticia, pero nosotros sin saber qué hacer (…) y llegó mi hermano, él estaba con mi papá y mi mamá allá en La Macarena pero él se había salido antes, entonces tampoco sabía (…) se devolvió dizque a buscarlos. Empezó esa angustia porque empezaban los familiares a llamar a la casa, que qué había pasado, y nosotros sin saber, nosotros no sabíamos nada. Y empezaron ya en la televisión a mostrar imágenes y a decir pues que sí, que era allá… pero nosotros sin saber nada, nada (…) Al mucho rato llamó un sobrino de mi papá (…) –Don Juan se lo llevó para el hospital y allá está, en la Clínica Medellín. (…)​ Fue un momento muy angustiante porque no sabíamos nada nada de mi mamá, nada. De mi mamá se vino a saber cómo a las doce y cuarto de la noche, y eso fue a las seis, seis y cuarto de la tarde. Entonces queda uno como en el aire… Todo, todo, todo cambió del todo. Uno iba al colegio y salía y me iba era para el hospital y allá me quedaba todo el día con mi mamá. Después volvíamos por la noche, y así eran todos los días, ya a uno le daba lo mismo si era lunes, sábado o domingo, uno era como en la misma rutina. Todos los días iguales, todos los días.

Mi mamá nunca habló de eso. Una vez intentó hablar de eso, empezó a hablar y se quedó callada y no siguió. No, por ella nunca supimos realmente qué fue lo que pasó. A ella le tocó vivir como algo feo, entonces ella no habló de eso, nunca, nunca habló de eso (…) Y mi papá fue que no, él no, no recuerda (…) nada, él dice que estaba ahí cerca del puente esperando a que llegara el carro a llevar los músicos a otro evento que él tenía y ya… nada. Precisamente porque la lesión que él tuvo le afectó mucho la memoria, entonces nada, no recuerda nada.

No hay como ningún sentimiento como de rabia, resentimiento (…) pues, así como eso fue por allá también pudo haber sido por acá o en otra parte… A uno le duele, obviamente, pues por ser los seres queridos, pero eso es independiente de que fue Pablo Escobar o fue el otro, o que fue aquí, fue allá… es el dolor de lo que pasó con los seres queridos y con la familia, pero… No, no genera nada, ni nada negativo ni nada positivo. Es un tema como muy delicado, pues, una etapa que vivió la ciudad, muy doloroso para muchos porque lo vivimos, y en general el ver que ocasionaron tanta muerte y tanta cosa maluca en la ciudad, es triste de todas maneras el que hayan pasado varios sucesos, el que hayan caído personas inocentes, sean desconocidos o no (…) Es que uno tampoco puede como manifestar un sentimiento ahí, hay que tratar de ser un poquito objetivo, aunque difícil si se trata de la familia. Pero es como todo, son etapas que van pasando, que vive un país, que vive la familia, que vive una persona. Entonces esa fue una etapa desafortunada que pasó en la ciudad y que de alguna manera afectó a todos porque a mucha gente le daba miedo salir.

El sentimiento que yo puedo sentir no es lo mismo que usted siente o que siente el otro, porque todos vivimos cosas diferentes (…) por ejemplo, acá están preguntando por mi familia entonces uno pues ahí sí manifiesta, pero igual no es lo mismo estar ante los demás, ante cualquier persona, porque a ellos no les va a importar, o no van a sentir lo mismo. ¿Que qué nos quedó de todo eso? Pues que perdimos a mi mamá, y que mi papá no volvió a ser igual porque mi papá quedó muy limitado, entonces siempre va a quedar eso (…) obvio toda la familia cambió en la estructura. Pero ya en estos momentos, ya, o sea, tranquilidad, ya no hay nada, digamos, adverso, algo malo o en contra de esa época o de ese tema, no…

> Paula Jiménez
Hija de Danilo Jiménez y Gabriela Jiménez, ​afectados por​ el atentado a la Plaza de Toros La Macarena

La bomba se nos volvió un momento reconocible. Cuando sonaba la bomba, todos nos quedábamos petrificados, nos mirábamos con terror de pensar ​¿qué pasaría, cuándo sería, habrá muertos, a quién afectaría … ?
​ Al momento retomábamos la conversación… eso también me impactaba. Como cuando uno se acostumbra a una situación.

> Pilar Velilla
Gerente del Centro de Medellín – Exdirectora del Museo de Antioquia Entrevistada

Nosotros estábamos era en medio del conflicto, una frontera invisible, allí exactamente se producían las balaceras. A los niños los protegíamos con los libros y con las propias voces. Y recuerdo un momento de una balacera donde se encontraron y nos tocó cerrar las puertas y mataron varios chicos que salían del colegio, en las afueras del centro de lectura. Creo que son imágenes muy crudas que recuerdo de los 90, que fue una época llena de mucho arte pero también de mucha violencia en todos los territorios.

> Yamili Ocampo
Integrante de Ratón de Biblioteca Participante de grupo focal, sector cultural

Entre el 86 y el 92 fueron años muy duros: uno hacía cosas, jugaba fútbol, había torneos, pero a las 6 pm uno ya se encerraba.

> Juan Orrego
Participante de grupo focal,​ ​INDER

Y si a uno lo cogía la noche, lo montaban a un carro de esos y se lo llevaban. Era una especie de terror.

> Liliana Estrada
Periodista entrevistada

Cuando llegué a New Order y me dirigí a la barra, vi que el Tuso, un sicario del combo de Castilla, tenía su pistola sobre la barra y la giraba como una hélice muy cerca al puesto del DJ. De pronto dijo en tono amenazante, “esta noche yo les voy a decir cuál es la música que van a poner”; en ese momento supe que New Order había muerto. Era el momento de despedirme de mi bar.

> Carlos Alberto Acosta
“Amplificando en español” Universo Centro N° 91

Es la experiencia de no poder salir a jugar con tus amigos porque te asesinaban, no poder salir en ciertas épocas o fechas porque te secuestraban, el mismo entorno se vuelve una cárcel, el “no salgas porque pasan cosas”.

> Miguel Ángel Bedoya
Participante de laboratorio de creación Medellín|Es Collage

Esa impotencia de no poder decir nada y tener que quedarse callado.

> Yoiner Machado
Participante de grupo focal,​ ​barrio Manrique

Yo soy periodista desde el comienzo de los 80, nosotros trabajábamos con miedo, había una sensación de miedo, es imposible negarlo, todos los periodistas trabajábamos así (…) Aunque no hubiese un decreto, una ley, una norma, algo que implantara la censura, la censura estaba ahí. El miedo era la censura, el miedo a decir, el miedo a contar, el miedo a hablar, el miedo a informar (…) Yo les decía a los muchachos, porque a mí me tocó finalizando los 90 dirigir un noticiero: –Muchachos cero adjetivos, los que más nos pueden poner en la mira son los adjetivos (…) Vamos a escribirlos con lápiz, sin pintar nada. Cero adjetivos. Y esa es una manera de protegerse.

> Luis Alirio Calle
Periodista entrevistado

Nosotros fuimos convocados por el doctor Darío Arizmendi, nuestro jefe del periódico, y nos dijo: –La situación está muy dura, porque las amenazas son muy claras y precisas contra el periódico. Si ustedes quieren, pueden trabajar desde la casa o pueden venir a trabajar, se los dejo a la elección de ustedes. Todos tomamos la decisión de seguir trabajando en el periódico (…) teníamos vocación, porque de pronto éramos ingenuos… El miedo sí, pero hay unos principios, unos derechos que defender, teníamos un espíritu de unión y decidimos seguir trabajando desde el periódico.

> María Cecilia Acebedo
Periodista entrevistada

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